Hay madres que viven expresando sus dramas a sus hijos porque es una manera que tienen de mantenerlos cerca.
Si una madre manifiesta abiertamente su felicidad y realización personal, corre el peligro de perder a sus hijos, porque la felicidad y realización de un padre es el permiso inconsciente para que el hijo haga lo mismo, para que haga su vida, y eso puede implicar la distancia.
Muchas veces las madres siguen y siguen expresando sus dramas y los problemas que tienen con su pareja, como una manera de mantener a sus hijos cerca, pero eso bloquea la propia realización del hijo al mantenerlos emocionalmente atrapados.
Y esto, al mismo tiempo que limita al hijo, le impide a la madre hacer frente a sus conflictos y resolverlos, bloqueando también su propia realización.
Mientras que los estados emocionales de los padres sigan afectando o influyendo en los hijos, estos no lograrán del todo hacer su vida, una parte ellos estará enfocada en sostener o gestionar esos estados emocionales, y ciertos aspectos de su vida se verán limitados.