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La solución a nuestros conflictos: cambiar quién somos

Las soluciones a nuestros conflictos no suele venir desde donde creemos que debería venir, sino de donde menos lo imaginábamos: de cambiar quién somos.

Hay conflictos y conflictos. Hablo sobre los conflictos que realmente nos afectan, nos estresas, se nos repiten o hasta los que no sabemos como hacerles frente. Esos que impactan emocionalmente en nuestra vida.

Hay algo muy particular en la resolución de nuestros conflictos, y es que en la medida en que creamos que las cosas tienen que venir desde cierto lugar o tienen que ser de cierta manera, más estamos limitando hasta bloqueando una posible resolución.

Nuestra manera de interpretar y comprender lo que nos pasa suele ser una parte del conflicto, por eso, la solución difícilmente puede venir de nuestra propia y particular forma de verlo, no solo porque de alguna manera estamos creando o alimentando eso que nos sucede, sino porque nuestra mirada suele estar sesgada.

La solución a lo que nos sucede suele venir de donde menos lo imaginamos, casi como una sorpresa, el asunto es que para que eso llegue tenemos que tener una predisposición y una apertura para que esto sea así, para encontrarnos con algo diferente, y eso requiere aceptar la posibilidad de cambiar nuestra manera de ver el conflicto.

Esto es muy común en las relaciones, cuando suponemos que lo que sentimos o lo que nos pasa es producto de algo que hace el otro y es el otro quien tiene que cambiar. Entonces vemos un problema y automáticamente creemos cuál sería y de donde debería venir la solución, pero dejamos afuera un factor muy importante de la ecuación, nosotros mismos.

La solución a los conflictos que tenemos vendrá de encontrarnos con una forma distinta de comprender lo que sucede.