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alicia en el pais de las maravillas

Son varios los momentos de nuestra vida en que necesitamos de la aventura. Pero nuestra aventura no es como la de los grandes cuentos o películas donde vemos al héroe que lucha para salvar al mundo o que se lanza a un viaje por el universo en busca de una piedra preciosa. Para la mayoría de nosotros es una aventura que podríamos decir pequeña, una aventura que nos invita a salir del lugar en el que estamos, tomar nuevas decisiones, enfrentarnos a ciertos desafíos y desarrollar un Yo diferente, una versión nuestra más completa que nos permita vivir una vida distinta hasta ese momento.

La aventura de irnos de un trabajo para emprender un proyecto personal. La aventura de dejar una relación y estar un tiempo solos. La aventura de abandonar un rol que hace tiempo que nos pesa. La aventura de soltar a los hijos cuando van creciendo. La aventura de decidir cambiar algo de nuestra vida.

En nuestra sociedad hay infinitos ejemplos de mitos y cuentos que nos permiten conocer y acercarnos a lo que esa aventura significa. Nombrado por el mitólogo y escritor Joseph Campbell como El Viaje del Héroe, todas estas aventuras tienen un patrón en común, uno que nos sirve como base para darle un sentido y significado a esos momentos de la vida que todos de alguna manera u otra tenemos que atravesar.

La aventura del viaje de Alicia en el país de las maravillas nos permitirá comprender nuestro propio viaje.

El comienzo de la aventura

Todo viaje y toda aventura, comienza con una decisión. Muchas veces esperamos ver el camino para sentirnos al menos un poco seguros antes de tomar la decisión, pero es diferente. El camino se muestra cuando tomamos la decisión.

El verdadero viaje de Alicia no comienza en su mundo normal, sino al darse cuenta de que está donde no quiere estar, cuando siente que es otra vida la que quiere. Eso nos suele suceder a todos, y aunque no siempre es algo de lo que somos conscientes, sí es algo que sentimos, y se muestra a través de conflictos, síntomas, problemas en las relaciones, frustraciones o bloqueos. De alguna manera nuestro mundo normal nos empieza a incomodar, nos muestra a través de la incomodidad emocional que ahí en donde estamos algo no está bien.

Alicia se siente obligada a casarse, de seguir los mandatos sociales que le imponen, su entorno la incentiva a que ese es el camino que tiene que seguir aunque no esté a gusto. Suele sucede que hay algo de nuestro mundo normal que nos oprime, nos limita, nos afecta emocionalmente, pero eso no significa no tener que estar ahí, sino que tenemos que ser diferentes ahí en donde estamos, y para eso es el viaje, para transformarnos. Como veremos al final, Alicia regresará a ese mundo, pero siendo otra, una Alicia diferente.

Volviendo al comienzo del viaje de Alicia, el camino se muestra luego de que toma la decisión de rechazar la propuesta de matrimonio, de decirle que no a ese mundo normal, a las normas, al mandato, a lo que “debería de ser”. No espera que sean los otros que le den el lugar que ella necesita, que la escuchen, que la entiendan, sino que todo nace de su propia decisión. Es luego de ese rechazo, y de perseguir a un conejo, que Alicia cae por un pozo que la lleva a su aventura.

El pozo simbólicamente representa la caída, esa sensación de vacío que implica salirnos de nuestro mundo normal para ir hacia lo desconocido. Nadie sabe qué le depara el futuro cuando abandona su trabajo, cuando deja un rol atrás, cuando se anima a confiar y abrirse a una relación. La caída y el vacío son esa sensación de perdida de control, es un soltar, es un dejarnos caer, y es también comenzar a confiar en la vida.

La ayuda en el camino

El camino de la aventura está rodeado de ayuda. Nunca estamos realmente solos, sino que son los vínculos y relaciones que tenemos que nos van acompañando y mostrándonos nuestro propio camino.

Dentro de la aventura el héroe tiene aliados y enemigos, podríamos decir que son nuestras relaciones cómodas e incómodas, aquellos con quienes nos sentimos a gusto y nos apoyan, y aquellos con quienes tenemos conflictos y representan cierto desafío emocional. Todas las relaciones son parte del camino, y todas representan aspectos de nosotros mismos que debemos ir integrando a medida que el viaje transcurre. De todos tenemos algo que aprender.

En el mundo de maravillas de Alicia será un ratón, un gato, un sombrero loco, una oruga, entre otros, quienes la ayuden durante esa travesía.

El viaje siempre tiene que ver con quién somos, con nuestra identidad, con Alicia se hace notorio en varios momentos cuando se le cuestiona que ella no es la verdadera Alicia, pero será a través del viaje que ella se convierta en esa “verdadera” Alicia.

Para comprender a alguno de sus aliados, la oruga representa dos cosas importantes, por un lado, la transformación, que más adelante veremos el porqué, pero también representa la sabiduría, a quienes todos recurren para saber qué sucederá o en búsqueda de consejos. Recién llega a este mundo le pregunta a Alicia algo que no es para nada casual:

— “¿Quién eres?”, le dice la oruga a Alicia.
— “¿Yo debo saber quién soy?”, le responde ella.
— “Deberías”, afirma la oruga.

Nunca debemos olvidar que toda aventura, sea cual sea, nos llevará a un entendimiento más completo de nosotros mismos. Todo viaje es un viaje de autoconocimiento, y al igual que Alicia, es algo de nuestra identidad la que puede estar en juego. Quienes fuimos, quienes somos, quienes queremos o necesitamos ser a partir de ahora.

Los desafíos del viaje

Alicia tiene que enfrentar diferentes desafíos durante su aventura, y estos son los que van construyendo su héroe interior. Nunca el héroe inicia su aventura como héroe, sino que es a través del viaje que se va convirtiendo en uno.

Como el viaje de Alicia se trata sobre todo sobre su identidad, sobre quién es ella, algunos de sus desafíos requieren de un cambio personal, representado en este caso con un cambio físico, ya que en determinadas situaciones tiene que beber algo que la encoge, convirtiéndose en pequeña, o comer algo que la hace crecer, adquiriendo un gran tamaño. La superación de sus desafíos tiene que ver con tomar otras formas, con la flexibilidad de ser una versión de ella diferente de acuerdo a las necesidades de cada situación.

Al igual que durante nuestras aventuras, cuando queremos construir un nuevo proyecto, comprometernos en una relación o abandonar mandatos familiares, siempre necesitamos hacernos con otros aspectos de nuestra personalidad, cambiar nuestra posición en el mundo, algunas veces aspectos juzgados, otras veces aspectos no muy desarrollados en nosotros, pero que al final todo será una forma de ir ampliando quienes somos.

Y es a eso que nos invita el viaje, a flexibilizar nuestro Yo, a cambiar nuestra posición en el mundo, a tomar diferentes formas, y todo esto resulta en conseguir un conocimiento más profundo también de quienes somos.

El encuentro con uno mismo

La oruga simbolizaba la sabiduría, pero también la transformación, la transición entre un estado y otro, algo que refleja la propia transformación de Alicia durante este viaje. No solo un viaje que le permite responder ahora la pregunta de ¿quién eres?, sino también un viaje que la lleva a recordar que ese mundo de fantasías ya era parte de ella, un mundo que ya había visitado en su infancia.

Nuestra personalidad es una construcción que fuimos haciendo a medida que crecíamos, adquiriendo ciertos aspectos que se acomodaban mejor a nuestro entorno y dejando de lado otros que en su momento no eran adecuados. El viaje produce un encuentro con muchas de esas partes que ya eran nuestras, pero que de alguna manera no recordábamos, como una especie de recuperación de quien fuimos.

Sin importar cuál sea la aventura que emprendamos, todas producen un encuentro con nosotros mismos, todas requieren de la valentía de saltar al vacío, de enfrentar desafíos, de descubrir quienes somos, pero sobre todo de algo más, de ser quienes somos en donde estamos.

Alicia decide volver a su mundo normal, donde la aventura había comenzado. Cuando llega todo permanece tal cual antes de su viaje, pero ahora hay algo diferente, ella. Alicia se permite decirle a cada persona de su entorno lo que piensa y siente, sin miedo, sin seguir lo que debería de ser, sin intentar cambiar a nadie, tan solo simplemente siendo ella ahí en donde está y con quién está, y esa es su verdadera identidad.

La transformación personal tiene que ver con esto, con cambiar uno, el entorno podrá cambiar o no, pero cuando queremos que algo cambie, somos quienes tenemos que lanzarnos a la aventura y permitir que el viaje que emprendamos nos transforme.