Por supuesto que es una serie sobre música, pero también es una serie de vida, dolor, conflictos, y sobre todo, una serie de amor y de perdida. Me quiero concentrar en el vínculo entre él, su padre, su madre, la música y el piano.

Como contexto, su madre fallece cuando él tiene apenas 8 meses de edad. Es una falta muy significativa que resulta imposible de no sentir durante la vida.

En su casa hay un piano que usaba su madre cuando era concertista. Pese al interés de Fito durante su infancia hacia ese piano su padre no quiere que lo use. Lo mantiene cerrado con llave. La música es algo que forma parte de la familia, no solamente por el gran interés de su padre en el tema, sino por la importancia que ese piano tiene. No es tan solo un piano, va mucho más allá de ser un objeto físico, es un símbolo de la música, pero sobre todo de su madre.

El dolor de esa perdida, para su padre con el fallecimiento de su pareja, y para él en la ausencia de su madre, se esconden en ese piano.

El piano y la música pasan a ser la representación y el vínculo que lo conecta con su madre. Para Fito el interés hacia ese piano pasa también por la necesidad inconsciente de conectar con su madre. Estar con ese piano, es estar con su madre.

Los vínculos no son solamente la relación entre dos personas, sino representaciones, ideas, hábitos, símbolos y elementos que nos conectan los unos a los otros, y que forman también parte del vínculo.

Nuestro poder de simbolizar, representar y construir ideas nos permite conectarnos, no solo a través de nuestros cuerpos y todas sus maneras de comunicación, sino también a través de elementos que asociamos, consciente o inconscientemente, a las personas. Una comida, un olor, un objeto.

El piano puede ser solo un piano, pero es también una forma de conectar con su madre, de sentirse más cerca de ella. Arquetípicamente la música es de índole de lo materno. Arte, emoción, sensibilidad, profundidad, amplitud, inconsciente.

Más adelante sucede algo que lo cambia todo. Es el propio padre que le da la llave del piano. Eso no es solo el permiso de tocarlo, sino es darle el acceso a otro mundo, al de su madre, de estar más cerca de ella, de ser un poco más ella, de construir un vínculo con ella.

Algo que comúnmente sucede pero a la inversa, ya que suele ser la madre quien tiene la llave de la salida al mundo, tanto al paterno como al mundo externo, pero en este caso es el padre (ante la ausencia de madre, tomando una posición simbólicamente más materna) quien da ese acceso que le permite entrar en el mundo materno, conectar con el piano como la representación de su madre, acto que también abre la puerta a la posibilidad de crecimiento, madurez y desarrollo emocional y profesional.

El desarrollo emocional al que puede acceder Fito pudiendo conectar con ese piano, es gracias al cambio y madurez emocional del padre, quien no solo acepta el crecimiento y el interés de su hijo por la música, sino también asume la posibilidad, a través de “abrir” el piano, de volver a vivir el dolor de la perdida de su pareja, de su amor.

Esto suele ser un conflicto muy presente, sobre todo como consecuencia de los propios dolores pasados o juicios, donde un padre impide a su hijo que conecte con el otro padre, física o simbólicamente, limitando así su propio desarrollo.

El mundo materno y paterno son sumamente importantes en el crecimiento personal, y no se trata únicamente de las personas ni de la infancia, sino de toda nuestra vida, con todo lo que estos mundos simbolizan y a todo lo que nos permiten acceder.

El piano esconde la importancia y la posibilidad de construir un vínculo con su madre. Es su búsqueda la búsqueda de su madre. Es su necesidad la necesidad de su madre. Es en su presencia que está la presencia tan fundamental de su madre.

Nuestros traumas más profundos se pueden convertir en nuestros dones más notables.