Las ideas y creencias que vamos construyendo a lo largo de la vida sobre lo que debería de ser o sobre cómo queremos que las cosas sean generan expectativas, colocando una especie de “espera” en cierto lugar o en cierta dirección, pretendiendo que eso que queremos venga desde ahí o que venga de una manera determinada.
Esto es algo que se da mucho en las relaciones de pareja, cuando se sigue buscando recibir lo que se quiere o se necesita de alguien que no está dispuesto a darlo, tratando de que esa persona cambie y que de una vez por todas sea como queremos que sea.
Estas expectativas buscan de manera egoísta cambiar a la otra persona, y al mismo tiempo también nos impiden recibirlo desde otro lugar o hasta darnos cuenta de que tal vez eso que necesitamos ya esté a nuestro lado.
En la serie Envidiosa el ejemplo es la relación afectiva entre Victoria (Griselda Siciliani) y Matías (Esteban Lamothe), donde ella no logra reconocer ese vínculo como tal, y sigue esperando recibir lo que quiere y necesita pero de Nicolás (Benjamín Vicuña).
Por supuesto que esto tiene su origen emocional. Cuando un padre, por cualquier motivo, no cumple con lo que se supone que debería de cumplir, con lo que se espera de él, deja un vacío que durante la vida adulta, hasta que no se hace consciente, se sigue replicando en otros vínculos, de alguna manera repitiendo esa falta.
Cuando nos empecinamos en que las cosas vengan de cierta persona, lugar o de cierta manera, nos impedimos verlas en otras personas, sitios o formas.