“Mira esa flor, se está poniendo fea”

Esa frase que me dijeron el otro día, y puede parecer algo tan simple y cotidiano que logra pasar desapercibido, pero es el fiel reflejo de lo que somos, de como pensamos y de como vivimos.

En ese momento me quedé mirando la flor y pensé para mi: ¿Qué es lo feo? ¿Que una flor esté muriendo? ¿Que una flor se esté marchitando? ¿Ahí está lo feo?

Yo pienso que eso es hermoso, es vida, fuera de todo lo que podemos pensar, lo que mi mente, mis juicios o mis pretensiones intenten poner en el medio entre mí y de lo que veo, eso que estoy viendo simplemente es.

No es lo que quiero que sea, no es lo que me gustaría, no es lo que pretendo, es, solo eso, es.

Tampoco es en función a lo que yo defino de que es lindo o feo, que es bueno o malo, que quiero o que no quiero, simplemente es, ahí mismo está todo el sentido, ser.

Te das cuenta que cuando comenzamos a mirar desde nuestro ego, desde lo que pretendemos sobre lo que está sucediendo, ahí es cuando le sacamos el sentido. Tenemos el poder de convertir, lo que es deja de ser lo que es y pasa a ser algo que sucede que no cumple mis expectativas.

Entonces te pregunto, el “conflicto” ¿es lo que está sucediendo o es mi forma de verlo?

Es como si frente a una experiencia determinada, existiera tres actores:
Yo (observador) -> Mi ego (mis expectativas, pretensiones) -> Lo que sucede

Todo lo que está en el medio de mí y de lo que sucede es lo que termina definiendo como voy a ver lo que veo, que voy a sentir frente a lo que veo, como me voy a comportar con lo que siento.

Te invito a que mires algo, algo que sea feo, algo que sea malo, puede ser algo material o una situación, cualquier cosa de esas que le ponemos ese estilo de etiquetas. Esas que ponemos casi de forma automática.

Recuerda: lo que estás viendo no es ni feo, ni malo, esos son las etiquetas, etiquetas que colocamos en base nuestra forma de verlo.

Cuando mires eso en detalle, dándote el espacio necesario para observarlo, vas a ver que vos convertís lo que estás viendo en esa etiqueta. Lo que estás viendo simplemente es lo que estás viendo. Tu forma de verlo hace que lo conviertas en lo que crees que estás viendo, tu forma de verlo lo define, tu forma de verlo le saca el sentido real.

Cuando cuestionamos lo que vemos, pero en vez de cuestionarlo enfocados en lo que vemos, lo cuestionamos enfocado desde la forma de verlo, estamos cuestionando nuestra manera de verlo, eso que ponemos en el medio y en definitiva nos estamos cuestionando nosotros, porque quien poner todo eso en el medio no dejas de ser vos. Aunque sea de forma inconsciente, eres vos que poner todo eso en el medio. Por eso cada vez creo más que cambiar nuestra interpretación de lo que nos pasa hace que se solucionen nuestros problemas, no porque los problemas dejen de existir, sino porque dejan de existir como problemas.

No ves el mundo como es, ves el mundo como eres. Cada vez estoy más convencido de esto. Porque si logras limpiar tu forma de ver, volver a mirar las cosas con ojos inocentes, como si fuera la primera vez, pasarías de ver todo cargándolo de expectativas, deseos y necesidades a verlo todo tal cual es, con su verdadero sentido, ser y eso es hermoso solo por el hecho de ser.

Al final de cuenta, si hay algún fallo, algo está mal o esa flor tiene algo de feo, está ahí, en tu forma de ver.