La trillada y tan de moda palabra “soltar”.
Vamos a llevarlo a una posible acción que nos va a permitir ser prácticos con este concepto: preferir en vez de querer.

Hay una diferencia y una gran ventaja en “preferir” en vez de “querer”.
Preferir es una elección que no implica apego.
Preferir me da libertad, no me aferro.
Si sucede algo que prefiero, genial, sino no sucede, nada malo pasa.

Hay una gran diferencia en cómo nos paramos frente a esto que estamos de alguna manera queriendo que no suceda. Preferir me hace desear algo desde la liviandad.

Volviendo al concepto de “soltar”, esto realmente implica tomar consciencia de algo muy importante y es que no sabemos qué es lo mejor para nosotros.

Si pudiéramos tener lo que creemos que es mejor para nosotros solo obtendríamos lo que está dentro de nuestro mapa mental, todo lo que está por afuera, todo lo que no conocemos, no pensamos o no deseamos, ni siquiera estaría dentro de nuestras posibilidades, realmente no existiría como opción.

¿Cuántas cosas que hoy tenemos o vivimos no las imaginábamos hace tiempo atrás pero realmente nos hacen felices hoy en día y nos aportaron grandes beneficios?

Si pasa todo lo que queremos corremos peligros de estancarnos

¿En dónde me hubiera quedado de mi pasado si las cosas se hubieran dado exactamente de la manera que quería o si a aquello a lo que me aferraba hubiera permanecido?

Preferir es dar la oportunidad y estar abierto a que otras cosas sucedan, sabiendo realmente que no sabemos qué es lo mejor para nosotros.