fbpx

Dentro de 5 años y luego de una gran crisis, el mundo da un cambio drástico. Aparece una nueva forma de generar recursos que permiten a todos tener todo lo que necesitan, sin esfuerzos. A partir de ese momento no necesitamos trabajar más, ni estudiar más, ni hacer ninguna de las actividades que hacemos por “obligación” o por “necesidad”.

Frente a esta nueva situación mundial, donde no necesitas hacer nada en concreto, ni trabajar, ni estudiar, en vez de dedicarte a HACER solo te tendrías que dedicarte a SER, tal cual como lo que eres, un SER humano.

Piénsalo por un seguro, no hay nada que tengas que hacer…

Y acá surge la primer pregunta: ¿Cómo SERías?

Estamos tan acostumbrados a que tenemos que hacer que nos olvidamos que antes que hacer tenemos que ser. Todo se genera antes en el ser, todo pasa antes por el ser, para luego verse materializado en lo que hacemos y en nuestro entorno.

Miremos lo estructurados que estamos en el hacer que nos piden que nos presentemos y nos referimos a nosotros por nuestra profesión, por ejemplo: “soy contador” o también otro ejemplo “soy madre” como si realmente esas cosas pudieran definir lo que realmente somos.

¿Qué serías si no fueras tu trabajo, ni tu profesión?
¿Qué pasaría si todo lo que te define dejaría de existir? Tu trabajo, tu carrera. ¿Qué hay de vos detrás de todo eso? ¿Qué queda? ¿Qué te gustaría ser?

Esta situación del mundo que nos planteamos no es real, claramente tenemos que ocupar parte de nuestro tiempo en el hacer, pero somos más que lo que hacemos concretamente en un momento. Las circunstancias cambian, y mientras más nos aferramos a lo que hacemos más duro resulta el cambio. Dentro de 5 años o 10 años o tal vez mucho menos, puede que lo que haces ahora ya no lo hagas más o ya no lo puedas hacer.

Cultivar el ser más allá de lo que hacemos resulta clave para poder vivir de otra manera. Por ejemplo que la incertidumbre no nos afecte tanto, porque aunque cambie mi trabajo, yo voy a seguir siendo lo que soy, me dejo de identificar plenamente con lo que ocupa mi tiempo y me comienzo a identificar con lo que soy, con mi ser.

No podemos dejar que nuestras responsabilidades, con lo que nos terminamos identificando, que muchas veces lo hacemos por obligación, terminen opacando lo que realmente somos o podríamos ser.

Esto no significa que tenemos que dejar lo que hacemos, sino cuestionar qué tanto de lo que hacemos es lo que realmente queremos ser.