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Nuestro entorno no siempre quiere lo mejor para nosotros

Quienes nos rodean no siempre quieren lo mejor para nosotros, a veces quieren que seamos lo que a ellos les resulta más cómodo.


No siempre nuestro entorno nos apoya o nos motiva a realizar aquello que deseamos o necesitamos. Y aunque pese, esto es algo que muchas veces sucede con nuestros seres más queridos: padres, hermanos, parejas, amigos.

Esta motivación a no cambiar no tiene que ver con que quieran que nos vaya mal o que no nos amen, sino con las implicancias que nuestros procesos y cambios pueden llegar a tener en ellos. Por regla general, todos queremos que las cosas permanezcan como están, ya que los cambios y la incertidumbre son grandes generadores de miedos.

Lo mejor para nosotros, o lo que necesitamos en un momento determinado, puede implicar hacer un cambio que afecte en algún sentido a otras personas, cambiando su entorno, las condiciones que tienen, lo que recibe de nosotros o el lugar que ocupan, y ese cambio nuestro, y sus consecuencias, provocará que algo de esa persona tenga que cambiar. Esto genera mucha incomodidad, y no todos son capaces de aceptarlo, por muy cercanos que sean.

Muchas veces esto sucede inconscientemente. No es buscado de manera voluntaria, sino que despierta aspectos emocionales de la otra persona que no quiere ver ni asumir. Miedo a la soledad, tener que responsabilizarse de su propia vida, asumir que la vida que tiene no es la que quiere, dejar de ser sostenido emocionalmente, soltar un rol que les queda cómodo, etc.

A veces esta motivación a no cambiar suele venir de frases casi imperceptibles como:

Si no estamos dispuestos a molestar, o hasta perder a los demás, para ir hacia aquello que deseamos y necesitamos, corremos el riesgo de perdernos a nosotros mismos.