Estamos continuamente depositando nuestra felicidad en algo que algún día podría llegar.

Parte de nuestros pensamientos y de nuestra conciencia la mantenemos continuamente en el futuro. Es como si tuviéramos un pie acá y un pie allá, esperando que suceda algo que queremos y sobre todo esperando que eso que está por llegar nos dé felicidad.

Al poner parte de nuestra conciencia en algo que todavía no sucede perdemos atención de lo que sí está sucediendo, porque lo que sí está sucediendo existe en este momento y no en el futuro.

Imagínate que desde hoy tus sentidos comienzan a funcionar a la mitad de su capacidad. Podes ver y escuchar solo una porción de lo que está aconteciendo en tu día a día. Claramente si pasa esto, hay muchas cosas que te perderías, que ni las registrarías o que no podrías darle la importancia que se merecen. Simplemente no las estás atendiendo como deberías.

A nivel de conciencia pasa algo similar, de alguna manera nos estamos perdiendo cosas que sí sucede en este momento porque no paramos de mirar y depositar la atención en algo que, tal vez, algún día, podría llegar.