Nuestro pasado no es algo inamovible, al contrario, es un punto de vista dinámico de nuestra historia, basado en nuestra percepción. Cuando logramos hacer un cambio de percepción, podemos cambiar por completo nuestra historia y nuestra vida.
Nuestro pasado y las experiencias que vivimos influyeron en las bases de las experiencias que tenemos en la vida adulta, pero aunque creamos que todo lo que pasó es algo firme y real, se trata sobre todo de una percepción, un punto de vista.
La memoria es un proceso dinámico, activo y en constante cambio. Los recuerdos los formamos a través de nuestras percepciones y emociones, influidos de gran manera por el ambiente emocional en el que estábamos.
Trabajar en comprender nuestro pasado es encontrarle un enfoque y punto de vista diferente a las experiencias que vivimos, cambiando así la percepción que tenemos sobre ellas.
El subtítulo de mi libro “Comprende tus herencias emocionales para transformar tu vida” justamente es un adelanto de como, a través de comprender nuestro pasado desde un lugar diferente al que acostumbramos, podemos cambiar también las bases en donde se sedimentó nuestra historia, cambiando también nuestra vida actual y futura.
Milton Erickson, reconocido médico psiquiatra, decía algo que tiene que ver justamente con la capacidad que el cambio de percepción tiene: “nunca es tarde para tener una infancia feliz”.
Pero… ¿Cómo puede ser que podamos cambiar nuestra infancia? Porque no se trata de cambiar lo que pasó, sino la manera que aprendimos y tenemos de entender nuestro pasado, cambiando nuestra percepción.
Cuando cambiamos nuestra percepción de nuestro pasado, todo cambia