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Este fin de semana vi “Aprender a soltar” en Netflix. Una película que nos muestra una historia muy humana de una familia, la vida cotidiana, los conflictos en la relación de pareja, los hijos, las pérdidas y la necesidad de, como su nombre lo dice, aprender a soltar.

Hay muchos elementos para analizar: la importancia de la madre de soltar su rol y confiar en el padre, la poca implicancia del padre en su rol, la desconexión de la pareja y la infidelidad, así que quiero hacer un breve repaso de estos elementos para comprenderlos y darnos cuenta hasta qué punto todo está conectado.

En la película vemos a una madre que se hace cargo de todo. El cuidado de los hijos, el hogar, es quien resuelve todos los conflictos que suceden. Está totalmente agotada, tiene que cuidar de su hijo chico y a su vez lidiar con los problemas con su hija adolescente.

Un padre que no ayuda en nada en la casa. Emocionalmente distante y poco implicado. Carece de vitalidad emocional, de resolución, de actitud, de autoridad y de decisión. Es ignorado y hasta es visto como un inútil para el resto de la familia.

La madre debe soltar su rol

En términos generales, es la madre quien tiene que hacer el gesto de dar el espacio para que el padre pueda cumplir su función. Hay madres que lo hacen de forma natural y otras que les cuesta más trabajo (algo que tiene mucho que ver con cómo fue la relación con su padre).

Luigi Zoja escritor y psicoanalista, habla de que la mirada del hijo naturalmente se dirige siempre hacia la madre, es a ella a quien busca y necesita, y es ella quien tiene que dirigir esa mirada también hacia el padre. Es el movimiento de ella que permite que el padre sea mirado y reconocido como tal, dice “Sin madre no hay hijo, y mucho menos padre”.

Cuando esto no se da de forma natural, la madre tiene que hacer el esfuerzo de soltar, de alguna manera desentenderse y “abandonar” su rol. La dificultad está también en confiar y aceptar que el padre tiene otras formas de cuidar y gestionar a los hijos, y que estas maneras pueden ser tan válidas y pueden aportar tanto valor para los hijos como las de ella.

La poca implicancia del padre

Hay hombres que no logran ocupar de forma sólida un rol de padre, suelen ser hombre con padres ausentes, que han hecho daño a la familia o madres controladoras o sobreprotectoras que de alguna manera lo hicieron dependientes de ella, inmaduros o castraron aspectos de su masculinidad, algo que deben trabajar y recuperar.

En la película, sucede un cambio cuando él le reclama a ella que todo tiene que hacerse a su manera. Esto permite que él comience a resolver ciertas cosas de los hijos, y aunque “las hace mal” (se olvida de la comida sin gluten para el hijo, come pizza a escondidas, se siente mal y tiene que llevarlo al hospital), le dan el espacio para que el padre puede ser padre y comience a construir una relación diferente con sus hijos.

A medida que el padre comienza a ocupar su lugar para la familia, se da cuenta del valor que tiene eso para él, lo que significa, y decide que es ahí donde quiere estar. De alguna manera logró ganar un espacio y ser visto nuevamente. Como decía Luigi Zoja, volvieron la mirada también hacia él.

La infidelidad

La infidelidad, en muchos casos, tiene que ver con encontrar en otro lugar un espacio donde poder ser uno mismo. No es que uno va a buscar a fuera lo que no tiene adentro, sino más bien, que uno va a buscarse a sí mismo afuera, tratar de ser quien no puede ser en donde está.

Cuando esto es así suelen ser personas que no tienen la capacidad de ser quienes son en el lugar en donde están, o lo han perdido y no lo pueden recuperar, por eso usan la infidelidad como una forma de solución en vez de hacer frente al conflicto que sucede dentro de la relación.

El cambio de posiciones en los roles

En la película, estos cambios de posiciones en los roles de cada uno repercuten de manera positiva en la relación. La madre puede volver a expresar aspectos de su ser mujer, de su sensualidad, de su individualidad, y el padre, al ocupar un rol de mayor relevancia y referencia en el hogar, comienza a sentirse útil y valioso, dándole un propósito aún mayor a su vida.

La familia es un sistema interconectado, nunca se trata solo de una persona, sino que los conflictos que suceden y las dinámicas que se dan involucran a todos y todos tienen que ver con eso. Cuando alguien cambia su posición, otros inconscientemente se verán también en la necesidad de cambiar.

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