fbpx

Un hombre le manda un mensaje a su esposa para decirle que esta noche la invita a cenar a su restaurante favorito.
Podemos decir que la intención es generar felicidad en ella y compartir un lindo momentos juntos, pero atrás de esa acción se esconder la intención de remediar una situación conflictiva que habían tenido el día anterior. Situación que él la estaba viviendo desde la culpabilidad.

Así que la verdadera intención es mejorar su propio estado emocional y dejar de sentirse culpable.

La intención con la que hacemos las cosas es más importante que lo que realmente estamos haciendo.

Como ya vimos varias veces, las emociones son algo que no podemos ocultar de nosotros mismos. Están ahí aunque no las queramos ver, y cuando esas emociones se reprimen van a buscar salir a la luz de alguna manera, desde emociones en exceso hasta síntomas físicos.

En cada cosa que hacemos durante nuestro día podemos encontrar emociones. Las emociones están ahí para ayudarnos y para movernos a la acción.

Somos conscientes de muchas de las emociones que vamos teniendo en nuestra vida, pero algunas de ellas quedan ocultas, no solo porque las tapamos sino porque muchas veces ni nos damos cuenta de que están ahí hasta que logramos vernos con una mirada más sincera.

Estas emociones de las que hablo son las que se esconden detrás de lo que hacemos, más específicamente detrás de la intención que tenemos en las cosas que hacemos.

Cada acción que hacemos, actividad o comportamiento que tenemos, tiene una intención atrás. No digo de una intención buena o mala, sino una intención de conseguir algo para nosotros haciendo eso.

Volviendo al ejemplo del inicio, como el hombre se sentía culpable por el conflicto que tiene con su esposa, se siente en “deuda” y decide “compensarla” con una cena. Esta acción busca solucionar un estado emocional de culpabilidad presente en él.

¿Esto significa que no lo tiene que hacer? No, esto significa que al ser sinceros con nosotros mismos podemos descubrir otras cosas que están sucediendo en nosotros, y dejar de movernos tratando de tapar emociones que tal vez requieren otro tipo de mirada o reflexión.

Todo lo que hacemos, lo hacemos para conseguir algo positivo para nosotros, aunque suele suceder que eso que tratamos de conseguir podríamos conseguirlo de una manera más ecológica o tal vez eso que tratamos de conseguir trata de cubrir un vació que estamos sintiendo.

Por eso es importante descubrir qué emoción hay detrás de las cosas que hacemos. Esto nos permite tener una mirada más sincera sobre nosotros mismos, poder actuar también de forma más sincera con quienes nos rodean, y poder gestionar nuestras emociones de otra manera más saludable.

¿Cómo me doy cuenta de que emoción puede haber escondida?

Preguntándome de forma sincera: 
¿Para qué estoy haciendo esto…?
¿Qué consigo haciendo esto…?