Es muy común que en las familias exista algún secreto o algo que se ha silenciado, que muchas veces se mantienen ocultos o que es tabú, inclusive durante generaciones. El Secreto Familiar se mantienen por miedo al que dirán, a la vergüenza, a ser juzgados, a ser rechazados o para no poner en peligro a la familia. El juicio y la culpa mucho tienen que ver con esto.

Qué es un Secreto Familiar

Un Secreto Familiar surgen de aquellas experiencias con gran carga emocional que algún miembro de la familia no pudo o no supo gestionar correctamente, y ante esta imposibilidad, decidió reprimirlas o silenciarlas, y aunque a simple vista parecería que no existen, siguen formando parte de su mundo emocional, algo que se transmite a los otros miembros de la familia.

Al igual que nosotros, que tenemos un inconsciente con información que no está a nuestro alcance y que va condicionando nuestro día a día, pasa lo mismo con la familia. Compartimos un inconsciente familiar con toda la información de cada uno de los miembros. Esta información siempre tiene una buena utilidad que es poder ayudar a las demás generaciones. Con nuestros juicios etiquetamos ciertas experiencias e información como “mala”, tratando de alejarnos de ellas, generando que la propia información busque salir a luz y ser resuelta.

Las experiencias vividas, por peores o dolorosas que puedan parecer, son tan solo experiencias, tiene su razón de ser y no ganamos nada juzgando las decisiones tomadas o las situaciones vividas. La sanación viene de poder mirar desde la comprensión y el amor.

La información que no tenemos de nuestros padres o nuestros abuelos nos genera más posibilidades de repetir esas experiencias que desconocemos, porque al repetirlas tenemos la posibilidad de transcenderlas y de esa manera resolverlo para todo el clan.

Cómo gestionar un Secreto Familiar

Una correcta gestión de un Secreto Familiar pasa por comprender la intención positiva que esa persona tenía al guardar ese secreto, para luego no juzgar, ni a la persona, ni lo sucedido, porque el juicio lo único que hace es seguir colocándole una carga emocional sobre el secreto que impide que salga a luz y sea gestionado lo más naturalmente posible.

Cuando damos luz sobre alguna de estas experiencias, lo estamos haciendo por nosotros, por nuestros antepasados, y lo más importante es que lo hacemos por las futuras generaciones. Todo el sistema familiar se beneficia.


Conclusión

Resulta fundamental y clave generar los espacios para hablar los temas “secretos”, naturalizarlos y permitirnos darles luz, siempre sin miedos y sin juicios.

Les dejo una frase de la Psicóloga Anne Schützenberger que dice “En los silencios está la clave del árbol; callamos por el bien de los demás, y esto se convierte en nuestras enfermedades”.