Nuestro cuerpo se expresa y se comunica mucho más que nuestros pensamientos o nuestro lenguaje. Muchos aspectos que habitan en el inconsciente, que necesitan atención, terminan saliendo a luz en el plano físico para darnos avisos.
Nuestros desequilibrios, aunque no seamos conscientes plenamente de ellos, hacen que nuestro cuerpo trate de encontrar una armonía donde no estamos pudiendo ser capaces de hacerlo, y solo con el propósito de ayudarnos a resolver estos conflictos.
Las dolencias físicas, que son una forma en que nuestro inconsciente se expresa, por más que queremos eliminarlas cuanto antes, lejos de ser un problemas, son aliadas que de alguna manera nos están dando señales que necesitan ser escuchadas.
Un pie, tanto tiene que ver con nosotros como lo que pensamos. No somos una mente con un cuerpo, somos un todo, una unidad.
A medida que vamos resolviendo e integrando aspectos de nosotros mismos, muchos de los cuales se mantienen en el inconsciente, vamos beneficiando tanto nuestro bienestar físico como psíquico.
Un síntoma termina siendo un mensaje que necesita ser recibido, observado y atendido.
“La enfermedad es el esfuerzo que hace la naturaleza para curar al hombre” Carl Gustav Jung