Se nos repiten comportamientos, vínculos, experiencias, conflictos y emociones, como si nuestros recuerdos estuvieran vivos en nuestro presente, como una especie de reedición de nuestro pasado.
La repetición no es algo voluntario, es un mecanismo de nuestro inconsciente en un intento de recuperar situaciones de nuestro pasado que guardan una gran carga emocional, y sobre todo, situaciones que no fueron correctamente gestionadas en ese momento, y por lo tanto, una carga emocional no encontró una salida y no se pudo disipar.
La repetición tiene mucho que ver con nosotros, porque parte de lo que la sostiene es el lugar que nosotros ocupamos dentro de esa repetición. Cuando las situaciones se repiten una y otra vez es porque nosotros seguimos ocupando una misma posición frente al conflicto.
- Me encuentro con hombres que no se comprometen.
- Mis parejas siempre me engañan.
- Cada vez que veo a mi madre me da angustia.
- No soporto que en todos los trabajos me traten mal.
- Cuando quiero hacer un nuevo proyecto, me autoboicoteo.
La repetición sigue sucediendo porque aspectos nuestros siguen siendo los mismos, sobre todos aquellos que gestionan o enfrentan esa situación. Mientras algo nuestro no cambie, mientras no hagamos una revisión de nuestro pasado, mientras no cambiemos quienes somos frente a eso que se repite, la repetición volverá una y otra vez.
Lo que se nos repite es en definitiva una búsqueda de nuestro inconsciente para que encontremos un posicionamiento diferente frente a esas situaciones. Quien puede cambiar la repetición es uno mismo al cambiar su propio lugar frente a eso que se repite.