
El adulto que soy, no tiene conflictos, no sufre, no le molesta lo que sucede y no se frustra por no poder. El adulto que soy, solo vive experiencias que hacen despertar emociones que conectan con emociones vividas de niño, quien, de alguna manera dolido, es quien reacciona y sigue presente hasta el día de hoy.
Sana al niño y el adulto aparecerá.
Publicaciones relacionadas:
Herencias Emocionales: ataduras del pasado
Las herencias emocionales son aquellos aspectos de carácter emocional que heredamos de nuestros abue...
Los amigos: protección para nuestra salud mental
Los amigos son un factor determinante para enfrentar y sobrellevar los conflictos y dificultades de ...
Vínculo de pareja: una invitación a completar nuestra personalidad
El vínculo de pareja es una constante invitación a completar nuestra personalidad con aquellos aspec...