Diciembre 2019

Justo en este momento del año es cuándo tendemos a evaluar el año que se va y a proyectar que queremos para el siguiente.

Puede ser tanto una época de festejos como de reflexiones, tal vez más de lo primero que lo segundo, pero sin lugar a dudas en algún momento miramos un poco a nuestro al rededor y hacemos un balance de lo transcurrido.

Un año se termina, que no es más que un número en el calendario que cambia, pero la simbología que lo acompaña de alguna manera nos determina en cómo vivimos esta época.

Muchas de nuestras experiencias son parte de ciclos, muchos de los cuales también necesitan tener un final. El cambio constante es parte de la vida y cuando algo se termina, al mismo tiempo algo está comenzando, una cosa va acompañada de la otra, están unidas.

El año, a diferencia de nuestros ciclos, se termina sin depender de nosotros, se va a terminar queramos o no, pero algunos ciclos de nuestra vida están a la espera de un cierre, el cual lo tenemos que hacer nosotros mismos y muchas veces no lo hacemos por no animarnos o por miedos.

Fijate que situaciones de tu vida sabes que necesitan un cierre pero no se lo estás dando.

Terminar algo es también abrirnos a que lo nuevo suceda