Amar no es solamente un sentimiento, sino también una decisión

Si el amor solo se tratara de sentimientos, no perduraría en el tiempo. Los sentimientos, al igual que el deseo, son impulsos internos influenciados por nuestro inconsciente que nos empuja en determinadas direcciones, casi como si tuvieran vida propia, se transforman, se mueven, hasta desaparecen.

Para que el amor viva más allá del sentimiento intenso que lo despierta requiere de una decisión consciente que lo acompañe, cómo decía Erich Fromm, el amor es un acto de la voluntad y de compromiso.

El amor necesita dedicación, trabajo, esfuerzo, cuidado, respeto. No se trata tan solo de algo que sentimos, sino más bien de algo que hacemos, algo en lo que nos vemos involucrados y comprometidos conscientemente.

El amor maduro no es tan solo un vínculo emocional, sino también una expresión de nuestra voluntad y de nuestro compromiso en amar.