fbpx
ausencia paterna materna

Podríamos ver una ausencia simplemente como una falta, como un vacío, como algo que no está, pero es mucho más que eso. La ausencia no se trata de algo que no existe, sino más bien, algo que sí existe, que permanece en nosotros, pero no lo podemos aprehender, no nos podemos hacer con eso.

Nunca las ausencias impacta de la misma forma. Varían de acuerdo a la etapa de la vida que se dan, pero también de la manera que el entorno sostiene y le dan un sentido a esa ausencia.

Hay dos grandes impactos que las ausencias dejar. Por un lado, el mundo emocional que se nos aleja, que parecería ser inaccesibles para nosotros, como si un abanico de opciones permaneciera fuera de nuestro rango de posibilidades. Por ejemplo: la ausencia paterna puede alejarnos de aspectos que están representados más por un padre, como la propia identidad, la autoridad, el desapego emocional.

Por otro lado, el desequilibrio entre diferentes mundos, ya que por esa falta solemos balancear aspectos de nuestra personalidad en la dirección opuesta, como una especie de compensación. Por ejemplo, la ausencia materna puede provocar durante la vida adulta ser una persona sobre protectora, siendo madre de todos.

Toda ausencia se hace presente y permanece como una pérdida, la pérdida de un mundo emocional interior, un mundo que más tarde debemos hacer el esfuerzo de conseguir.

Como dijo Nietzsche, “quien no tenga un padre debe procurarse uno”.