Un vínculo madre-hija que no logra desarrollarse de forma totalmente equilibrada, “saludable” o que no propicia el desarrollo individual de la hija, trae consigo una serie de dificultades en la vida adulta que producen bloqueos, sobre todo en la independencia.
Intercambio de roles: cumplir un rol de madre de su madre.
Cada rol tiene un sentido específico y cumple con funciones determinadas. Mantener vínculos sanos es también mantener esas funciones alineadas al tipo de vínculo que se tiene.
Cuando se invierten los roles madre-hija y una hija pasa a ser madre de su madre, pasa principalmente a cumplir un rol de cuidadora que no le corresponde.
Algunos ejemplos:
- Mujeres que viven con su madre o quieren mantenerla cerca.
- Mujeres que están pendiente de que hace o deja de hacer su madre.
- Mujeres que tiene como objetivo la felicidad de su madre.
- Mujeres que sostienen emocionalmente a su madre.
- Mujeres que no se alejan totalmente de su madre para protegerla en sus conflictos, muchas veces de los conflictos con su padre.
Relación con el cuerpo, la maternidad, sexualidad y feminidad.
La relación que una mujer entabla con su cuerpo, con la maternidad, con la sexualidad y con la feminidad tienen un punto de referencia en su madre.
Es la madre quien da forma consciente o inconscientemente a estos aspectos en su hija, y más adelante ese será el vínculo que esa mujer de adulta tendrá con esos aspectos en ella misma.
Algunos ejemplos:
- Mujeres con juicios hacia el sexo, hacia una vida sexual activa o que no logran disfrutar del sexo.
- Mujeres que siente rechazo hacia los aspectos considerados femeninos.
- Mujeres que viven el sufrimiento o sacrificio de su madre pero en su propia maternidad.
- Mujeres que no tienen una relación saludable con la alimentación o con su cuerpo.
No tener espacio suficiente porque la madre lo ocupa todo.
Una madre que ocupa todo el espacio, que todo lo abarca, ahoga a quienes la rodean, y sobre todo no permite que una hija encuentre su propio lugar.
Cuando alguien ocupa demasiado, le quita espacio al resto, y esto es un factor que más adelante condiciona el desarrollo individual de la persona.
Algunos ejemplos:
- Mujeres que no consiguen entablar vínculos saludables.
- Mujeres que no pueden desarrollarse profesionalmente.
- Mujeres que viven los vínculos desde el apego o la dependencia.
- Mujeres que no pueden construir su propia vida.
- Mujeres que no logran desarrollar una autoestima saludable.
Vivir su vida desde la vida de su madre
Cuando una hija genera una identificación en exceso con su madre, con sus dolores, con sus frustraciones, con sus necesidades o con sus conflictos, tiende a encaminar su vida en una dirección acorde a satisfacer aquellos aspectos que su madre no logró satisfacer.
Es una mujer que deja de vivir su vida propia y se contenta con una vida que depende de la satisfacción que puede ver en su madre.
Algunos ejemplos:
- Mujeres que comparten todos sus logros con su madre.
- Mujeres que toman decisiones con base en las experiencias de su madre.
- Mujeres que le piden la opinión constante a sus madres.
- Mujeres que no puede desarrollarse personal o profesionalmente más que lo hizo su madre.
El poder del vínculo madre-hija es tan fuerte que determina nuestra forma de vivir la vida adulta, pero al mismo tiempo somos nosotros de adultos que tenemos que superar las limitaciones que esos vínculos pueden haber generado.