Esta película cuenta la historia de Evelyn Wang, inmigrante china en Estados Unidos, quien junto con su hija y esposo viven arriba del negocio familiar, una lavandería que atraviesa una auditoría del gobierno.
Evelyn se siente frustrada y vacía con su vida actual. El negocio no funciona bien, no acepta que su hija es lesbiana, le molesta la forma de ser de su esposo y siente la decepción que su padre tiene hacia ella. La vemos totalmente desconectada de sí misma y de su entorno.
En un momento determinado, la protagonista descubre que puede viajar entre realidades alternas, pudiendo ver como diferentes decisiones de su propia vida fueron generando otras realidades. Destacando sobre todo la que decidió no irse de China con su novio, convirtiéndose en una experta en artes marciales y exitosa actriz, el sueño de toda su vida en su realidad actual.
Lo que juzgamos de los demás es lo que necesitamos integrar
El esposo de Evelyn es una persona generosa, paciente y compasiva, pero que ella ve como ingenuo y débil. A medida que transcurre la película, Evelyn tiene que luchar para salvar al mundo, aprovechando y usando las habilidades que otras versiones de ella misma han desarrollado, por ejemplo las artes marciales. Luchas que en un momento la llevan a queda abatida en el suelo.
Habiendo recorrido todas sus versiones, descubre que el vacío y la insatisfacción que siente también están presentes en todas las versiones de ella misma, aun en la que es una actriz reconocida.
Las características de la personalidad de su esposo son las que Evelyn comienza a mirar con otros ojos, viendo como él si puede disfrutar de las pequeñas cosas, ser positivo, ayudarla en esa situación de abatimiento y ser bondadoso pese de las circunstancias.
Lo que juzgamos de los demás esconde aspectos que hemos rechazado en nosotros mismos por verlos como inadecuados.
Evelyn cambia su forma de lucha, pasa de la confrontación a una lucha en la que le muestra a sus combatientes aquello que desean y no se atreven a expresar, ayudando a los demás a que reconozcan lo positivo de la vida, al igual que hacía su esposo con ella.
La compensación de la historia familiar
Evelyn, aún guarda resentimiento hacia su padre, reprochándole el porqué la dejó ir tan joven de China. Resentimiento que ella compensa con su hija, impidiéndole que haga su vida y ser como ella quiera ser.
El dolor y los juicios que albergamos hacia nuestros padres suelen ser los que proyectamos hacia nuestros hijos, pretendiendo evitarles dolores que nosotros hemos sentido.
No aceptar a su hija es una manera de no soltarla, pero es también no darle el permiso de hacer su propia vida. Algo que provoca en su hija lo que tanto detesta en ella, la falta de sentido y propósito.
Aspectos como la diferenciación y el soltar son arquetípicamente paternos. Al perdonar a su padre y eliminar el juicio que tiene hacia él, Evelyn puede hacer lo que tanto juzgó: dejarla ir. Es darle el permiso de ser quien quiera ser, aunque se vaya. Una decisión que puede provocar una distancia física, pero también un acercamiento emocional.
El sentido de la vida
Luego de que Evelyn recorriera todas sus versiones y viera todas sus realidades, se da cuenta de que no se trata de las situaciones en las que podemos o pudimos estar, sino en cómo estamos en nuestra versión.
La vida no tiene un sentido que tenemos que encontrar, sino más bien un sentido que le tenemos que dar. Un sentido influenciado por cuan conectados nos sentimos con nosotros mismos y con nuestro entorno.
Pese a recorrer todas sus versiones, hasta aquella que es su mayor sueño, se da cuenta de que el problema no está en su versión actual, su situación laboral o el vínculo con su esposo, sino en la manera en que lo ve todo y quién es ella en donde está.
Después de todo este viaje, Evelyn vuelve a su versión actual, nuevamente frente a la auditoria del gobierno, y aunque nada haya cambiado en su realidad, ahora lo ve todo distinto, y por lo tanto, todo ha cambiado.
