El victimismo esconde algo muy particular, porque cuando a través del victimismo conseguimos la atención de los demás, el cuidado, la escucha o la compañía, a la larga esto se puede convertir en un estado en el cual muchas veces decidimos estar.
Hasta tal punto puede ser esto así que hasta inconscientemente generamos nuevos problemas y conflictos, porque es una manera de seguir en nuestra posición de víctimas y mantener ese interés de los demás en nosotros.
Salir de los problemas puede significar perder también la atención de otros. Algo que emocionalmente puede ser más doloroso.
El origen de esto puede venir de ver como la única manera de algún padre de estar cuidado y acompañado fue por algún problema que tuvo. Por una enfermedad, por un conflicto, y era gracias a esa situación que conseguía algo de los demás.
En mi libro, hay un capítulo que hablo justamente de los beneficios secundarios que nos suelen traer nuestros propios conflictos y como estos también son útiles para conseguir algo que de otra manera no logramos conseguir.
Cuando el victimismo nos permite conseguir la atención de los demás, a la larga se puede convertir en un lugar en el cual podemos decidir inconscientemente estar.